Profesional de la salud sosteniendo una tablet con gráficos 3D de un hígado y pulmones, utilizados para el análisis médico digital.
2, Oct 2025
Tecnología solidaria por parte de privados y cómo impacta en servicio de la medicina rural

El derecho al acceso a la salud puede tener diversos obstáculos que comienzan a ser derribados de la mano de la tecnología.

La  innovación tecnológica se convirtió en un gran aliado mundial, con el que se logra dar respuestas inmediatas a diversas problemáticas. Y gracias a la inversión, dejó de ser una herramienta exclusiva de los grandes centros urbanos y hospitales de alta complejidad.

Es que cada vez más empresas privadas desarrollan soluciones digitales y dispositivos médicos portátiles destinados a mejorar el acceso a la salud en zonas rurales y comunidades vulnerables, en búsqueda de la mejora en la salud pública.

Es que la medicina rural enfrenta diversos problemas estructurales como es la escasez de profesionales especializados, distancias hasta hospitales de referencia, falta de equipamiento diagnóstico y faltantes en infraestructura básica. 

En este escenario, la tecnología se posiciona como una herramienta de gran relevancia para reducir brechas, permitiendo que pacientes y médicos cuenten con herramientas que antes parecían impensadas en contextos alejados de las grandes capitales.

La salud a un dispositivo de distancia

En Argentina, Brasil, México y otros países de la región ya funcionan plataformas que permiten a los habitantes de pueblos poder realizar consultas médicas por videollamada, gestionar turnos con especialistas o incluso recibir recordatorios de medicación a través de un simple teléfono celular. Esto dio paso a una gran revolución en la atención médica. 

Este acceso a  aplicaciones no solo garantizan un primer contacto entre pacientes y médicos, sino que también reducen tiempos de espera y costos de traslado. En zonas donde el viaje hasta un hospital puede llevar gran tiempo y esfuerzo económico, el acceso a una consulta remota representa un cambio de paradigma.

Además, las apps con inteligencia artificial incorporada permiten hacer un primer tamizaje de síntomas y orientar al paciente sobre el nivel de urgencia. Aunque no reemplazan al profesional de la salud, sí funcionan como filtros que agilizan la atención y evitan la saturación de sistemas. 

Además de estas apps, el desarrollo de dispositivos médicos compactos y de bajo costo también marcaron un antes y después en la atención médica. 

En la actualidad, existen oxímetros, glucómetros, electrocardiógrafos y ecógrafos portátiles que, conectados a un celular, ofrecen diagnósticos inmediatos en terreno. Los ecógrafos de bolsillo del tamaño de un celular son un gran caso, ya que le permiten a médicos rurales hacer estudios básicos y mandar imágenes a especialistas en la ciudad para una segunda opinión.

Estos dispositivos no solo democratizan el acceso al diagnóstico, sino que también contribuyen a la detección temprana de enfermedades crónicas como la hipertensión o la diabetes, altamente prevalentes en comunidades con acceso limitado a controles periódicos.

Con este modelo de atención, se incorpora el concepto de “tecnología solidaria” que se trata de llevar una lógica en la que los privados aportan innovación, financiamiento y escalabilidad, mientras que las comunidades aportan conocimiento del territorio, confianza y legitimidad social.

Pero también, surge el análisis acerca de la carencia de conectividad en zonas vulnerables. Si bien las apps de salud y la medicina online están en constante desarrollo, su alcance sigue siendo limitado en regiones donde la señal de internet es escasa o nula. Es en este escenario que las soluciones de conectividad satelital impulsadas por compañías privadas son una alternativa viable, aunque tienen costos elevados.

Sin embargo, también da paso al surgimiento de algunos proyectos que impulsa el diseño aplicaciones que funcionan parcialmente offline, guardando datos en el dispositivo y sincronizándolos cuando se tiene conexión y de esta forma las consultas y registros médicos pueden completarse en condiciones de baja cobertura.

En este sentido, lo que diferencia a estas iniciativas con este modelo tecnológico es poder potenciar la orientación solidaria. Muchas empresas entienden  que en la base de la pirámide social existe una oportunidad para generar impacto social positivo sin descuidar la sostenibilidad financiera. 

Modelos de suscripción a bajo costo, sistemas de pago por uso y donaciones de equipos en el marco de la responsabilidad social empresaria permiten que las soluciones lleguen a quienes más las necesitan.

La tecnología solidaria logra crear un círculo virtuoso en el que las comunidades acceden a servicios de salud, las empresas fortalecen su reputación y se generan aprendizajes que se pueden aplicar en mercados más amplios.

La irrupción de apps y dispositivos médicos en la medicina rural es apenas el inicio de un proceso transformador, aunque queda pendiente ampliar la conectividad, garantizar la capacitación del personal y construir modelos de financiamiento que aseguren la continuidad de estos programas. 

Sin embargo, lo que ya está en camino  es un cambio cultural profundo en el que la salud en las comunidades vulnerables puede mejorar gracias a la iniciativa de donantes privados que apuestan a la tecnología con propósito, con el fin de dar respuesta a aquellas demandas que cambian vidas. 

La tecnología solidaria no sustituye al Estado, pero sí demuestra que la salud pública del futuro puede construirse con diversos actores. En la combinación entre innovación y solidaridad, las comunidades rurales encuentran nuevas oportunidades para acceder a un derecho básico. 

 

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