Ambulancia estacionada en un camino de tierra rodeado de pastizales, con un trabajador de emergencia visible junto a la puerta abierta.
8, Oct 2025
Cómo se organizan las redes locales para emergencias sin contar con ambulancias

Ante la falta de equipamiento para servicios de salud, las comunidades logran dar respuesta a situaciones críticas.

Una urgencia médica puede convertirse en una pelea contra el tiempo, al no contar con los servicios necesarios. La ausencia de ambulancias, la falta de personal de guardia o las largas distancias con centros de salud dejan a miles de familias en situación de vulnerabilidad ante la necesidad de una atención inmediata. 

Ante este escenario y con la falta de respuestas estatales, surgen redes comunitarias para brindar de forma rápida la capacidad de  salvar vidas con los recursos disponibles, organizando lo que el sistema no alcanza a cubrir.

Estas situaciones dejan en evidencia que la mejora de la salud pública no siempre esta relacionado con el accionar y ocupación de los gobiernos. Muchas veces nace desde abajo, de la voluntad de vecinos, organizaciones sociales y profesionales que logran articulan sus recursos para dar respuestas concretas.

Un problema que tiene respuestas con la organización

En Argentina, y gran parte de América Latina, los sistemas de emergencia tienen diversas carencias y la falta de ambulancias es uno de los más visibles debido a que los sistemas de salud atraviesan un equipo con vehículos obsoletos, falta de choferes capacitados o el nulo acceso de móviles disponibles en localidades pequeñas. 

En este sentido, se especula que en áreas rurales puede llevar a haber un solo vehículo sanitario para cubrir distancias de más de 200 kilómetros, lo que es casi un hecho que no se cuente con servicios para una emergencia. 

En barrios populares urbanos, la situación no varía mucho, siendo que las ambulancias tardan en llegar tanto por falta de móviles, alta demanda o inseguridad en las zonas donde deben ingresar. Frente a cuadro de un infarto, una crisis asmática o un accidente grave, cada minuto cuenta y sin tener respuestas, lleva a las comunidades a improvisar soluciones.

Ante este escenario de carencias en cuestiones de sistema de salud, muchas comunidades vieron en la organización de sus propios sistemas de alerta y respuesta una forma de dar cierta solución a la situación.

Con este modelo, se crearon redes locales de vecinos, promotores de salud, bomberos voluntarios, taxistas o choferes solidarios, que coordinan traslados y primeros auxilios al mismo momento que se espera la llegada de una ambulancia. 

En un asentamiento del conurbano bonaerense funciona un grupo de WhatsApp que conecta a referentes barriales con enfermeros y voluntarios capacitados; al momento que se presenta una emergencia el aviso circula en segundos y el vecino disponible se acerca con lo que tenga: un auto particular, una moto o incluso una bicicleta equipada con un botiquín.

La lógica para este modelo es simple, pero efectiva ya que se busca estar cerca, actuar rápido y ganar tiempo vital, que puede ser diferencial en la salud de una persona. 

En provincias del norte, se creó un modelo con algunas cooperativas rurales que obtuvieron camionetas comunitarias adaptadas para trasladar pacientes. No son ambulancias, pero logran acercar a la persona hasta el centro de salud más cercano. Ese accionar de 30 o 40 kilómetros puede ser el límite entre la vida y la muerte.

Lo cierto es que un factor fundamental en estas redes comunitarias es la capacitación en primeros auxilios para los involucrados. Y es a través de ONGs y fundaciones que se impulsan talleres gratuitos donde se enseña reanimación cardiopulmonar (RCP), manejo de heridas y contención en crisis. 

La idea es democratizar saberes básicos que son cruciales para marcar la diferencia en una situación crítica o de emergencia.  El impacto de estas capacitaciones ve con claridad al conocer  historias cotidianas donde un vecino que logró asistir a un adulto mayor en paro cardíaco hasta que llegó la asistencia médica, por ejemplo. 

También, es importante remarcar que la organización comunitaria se apoya en herramientas tecnológicas de bajo costo como son aplicaciones de geolocalización, grupos de mensajería instantánea y radios comunitarias se son canales de comunicación de alerta y coordinación.

La tecnología digital permite generar mapas colaborativos donde se identifican vecinos con formación en salud, disponibilidad de transporte o acceso a botiquines. Se trata de pequeñas innovaciones sociales que agilizan el uso de los recursos y fortalecen la sensación de comunidad organizada.

Por su puesto que este modelo de asistencia en saluda no reemplaza el rol que debe cumplir el Estado en cada rincón pero si deja en evidencia que las redes locales de respuesta rápida son una muestra contundente de que la salud necesita de respuestas efectivas. 

Donde las políticas sanitarias no llegan o llegan tarde, las comunidades crean sus propios mecanismos de cuidado, que se repite en diversas provincias y países. Lo cierto es que la combinación entre infraestructura estatal y organización comunitaria podría potenciar un modelo de salud más inclusivo y efectivo.

Pero, ante la falta de acciones estatales, en la realidad cotidiana de barrios y pueblos, las emergencias tiene respuestas con  las redes locales, que con sus limitaciones demuestran que salvar vidas es posible, incluso sin ambulancias.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Sorry, no related posts found.