Lavamanos estéril de acero en una sala quirúrgica moderna
3, Nov 2025
Consultorios flotantes y cómo dar atención médica en comunidades olvidadas

Los proyectos para llegar a zonas ribereñas son diversos e innovadores con el objetivo de  brindar servicios sanitarios a aquellos que quedan excluidos.

En la estructura sanitaria de América Latina, hay zonas que están en blanco, esto quiere decir que no cuentan con tal servicio. Esto puede suceder por problemas de ubicación y las comunidades ribereñas, son un ejemplo de ello.

Se tratan de lugares ubicados  a lo largo de ríos extensos y caudalosos, donde la distancia a un hospital se mide no en kilómetros sino en tiempo de navegación. En esos territorios, donde las ambulancias no llegan y los centros de salud más cercanos pueden estar a días de viaje, los consultorios flotantes hoy son una respuesta creativa, solidaria y eficiente para garantizar el derecho a la salud.

Estas embarcaciones, que pueden ser barcos, lanchas, catamaranes o balsas adaptadas,  llevan médicos, enfermeros, medicamentos, vacunas y otros instrumentos médicos a comunidades que viven prácticamente aisladas de las grandes ciudades.  

Generalmente, tanto las embarcaciones como la acción de llegar a territorio es impulsada por fundaciones, empresas privadas y organizaciones civiles, con proyectos los que están transformando la forma en la que se brinda atención médica primaria en este tipo de contextos, demostrando que es necesario llevar salud hasta en los sitios más recónditos. 

Cómo llevar servicios de salud en zonas excluidas

Los consultorios flotantes comenzó a ganar popularidad y fuerza en las últimas dos décadas, teniendo en cuenta la importancia de llevar servicios de salud a  zonas de la Amazonía y el litoral atlántico. Pero poco a poco se extendieron a otras zonas, quizá menos conocidas pero existentes. 

Cada barco está construido con diseño de una clínica en miniatura, teniendo un consultorio, una sala de procedimientos, una farmacia y hasta muchas cuentas con un laboratorio de un tamaño chico.

También, algunas cuentan con quirófanos para cirugías menores y sistemas de energía solar para mantener la refrigeración de vacunas. De esta forma, recorren los territorios con una exhaustiva planificación, con prevención crecidas o bajantes de los ríos, con un trabajo mano a mano con los  líderes comunitarios para garantizar la provisión de insumos en cada escala.

Los casos de éxito se extienden por amplios territorios. En Perú, la organización Navegando por la Vida funciona desde 2014 y cuenta con dos barcos hospital, que recorren comunidades amazónicas por las que no se pueden llegar por tierra.

Con este proyecto se coordina con un equipo de médicos, enfermeros y voluntarios que pasan semanas a bordo dando  consultas generales, vacunaciones, atención odontológica y controles prenatales.

Este tipo de proyectos suelen sostenerse gracias al trabajo en conjunto de donaciones entre entidades públicos y privadas. En Brasil, el Barco Sanitario Abaré, llevado adelante por la organización Saúde e Alegria con el apoyo de Petrobras y la Fundación Banco do Brasil, es uno de los ejemplos más reconocidos. 

Se lanzó en 2006 y lleva brindando servicio sanitario a al menos  35.000 personas en el río Tapajós, en Amazonía. Fue su gran éxito el que sentó las bases para otros programas que replicaron sus lineamientos en otros estados brasileño, dejando en evidencia que la cooperación entre sectores puede dar las respuestas esperadas. 

Por su parte, la Fundación Grupo Aval en Colombia lanzó el Hospital Flotante Luis Ángel Arango, que recorre la zona del Magdalena y el Orinoco con un equipo integrado por personal de diversas áreas de la salud. 

 

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