Dar servicios médicos en zonas alejadas
Diversos territorios tienen diversas carencias en sus sistemas de salud que necesitan de una ayuda para poder brindar los servicios que requieren los ciudadanos.

La atención médica a tiempo y de calidad sigue siendo un privilegio para millones de personas en el mundo, otras tantas no cuentan con este servicio, y se ve relegados de ser atendidos por un profesional. Mientras los avances tecnológicos transforman los sistemas de salud en los centros urbanos, comunidades rurales, selváticas o de alta montaña, aún siguen vigentes grandes problemáticas en el área.
Desde la falta de infraestructura, la escasez de profesionales hasta las distancias geográficas son los obstáculos que persisten para este acceso. No obstante, tanto prácticas como distintos modelos de atención están demostrando que la equidad sanitaria no solo es necesaria, sino también posible.
Cómo enfrentar los obstáculos de los servicios de salud
Contar con servicios de salud de cálidas es un asunto pendiente en diversas partes del mundo al no contar con las herramientas necesarias para asegurar el acceso a consultas a profesionales de toda la población. Pero esta situación se potencia en territorios donde las distancias son grandes desde un punto central. Siendo las zonas alejadas las más vulnerables.
En muchos países de América Latina, África y Asia, los servicios de salud son accesibles solo en las grandes ciudades En regiones rurales o selváticas, es común que los habitantes deban recorrer varias horas para llegar a un centro de salud, por ejemplo.
Esta desigualdad geográfica genera consecuencias graves como son enfermedades tratables que se agravan por falta de diagnóstico temprano, partos sin asistencia profesional y un aumento en la mortalidad por causas prevenibles. Y es una situación que se traduce a diversas partes del mundo.
Las condiciones de caminos intransitables, clima extremo, inseguridad o aislamiento impactan en la cuestión del traslado tanto de personal médico como de equipos médicos y medicamentos.
También, cabe destacar que estas condiciones lleva a que profesionales de la salud eviten estos destinos debido a la falta de incentivos, condiciones laborales precarias y escasas oportunidades de desarrollo profesional.
Ante este panorama, una de las soluciones más efectivas para este tipo de contextos son los servicios de salud móviles, lo cuales son unidades médicas que se trasladan periódicamente a las comunidades alejadas, ofreciendo consultas generales, odontología, vacunación, salud materno-infantil y programas de prevención.
En países con ríos como vías principales de acceso, se han desarrollado modelos de hospitales flotantes, por ejemplo.
Otra herramienta clave para acercar la salud es la telemedicina, que ganó gran popularidad tras la pandemia de COVID-19. Mediante móviles con internet, se pueden realizar consultas virtuales, diagnósticos preliminares, seguimientos de pacientes crónicos y capacitaciones al personal local.
Organizaciones como Médecins Sans Frontières o Partners In Health están implementando sistemas de teleconsulta que conectan médicos rurales con especialistas en zonas urbanas, lo que permite ampliar la capacidad resolutiva en terreno, sin necesidad de trasladar al paciente. Sin embargo, una barrera existente sigue siendo la conexión a Internet.
También, en este escenario, la sostenibilidad de los servicios médicos en zonas alejadas requiere necesita una estrategia de fortalecimiento local con una constante capacitación de promotores de salud comunitarios, lo que permite brindar cuidados esenciales, identificar signos de alarma y facilitar la derivación a centros de mayor complejidad.
Este enfoque es impulsado constantemente por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y diversas ONG. En países como Etiopía, la labor de trabajadores comunitarios mejoró notablemente indicadores como la vacunación infantil y la atención durante el embarazo.
Además, el empoderamiento comunitario ayuda a respetar la cultura local e impulsar una atención intercultural, clave en territorios.
En este sentido, llevar servicios médicos a zonas remotas no puede ser una tarea aislada sino que necesita de alianzas estratégicas, generalmente dadas entre gobiernos, organizaciones no gubernamentales, universidades, sector privado y cooperación internacional.
Cada actor aporta recursos, conocimiento y logística para enfrentar la complejidad del desafío, de allí en nacimiento de diversos programas de renombre internacional que han cambiado el acceso a la salud.
Esta exposición deja en evidencia que el objetivo no es solo llevar atención puntual, sino construir un sistema de salud integral, inclusivo y adaptado a las realidades locales. Esto necesita de la inversión en rutas seguras, viviendas para profesionales en terreno, centros de referencia accesibles y políticas públicas que prioricen la equidad territorial.
El acceso a la salud es un derecho humano fundamental y de primera urgencia, por ello es necesario garantizarlo para todos pero puntualmente para las comunidades más alejadas y que tienen vulnerabilidad tanto por su posición geográfica como por el contexto social.

