Innovar con conciencia: startups que transforman la salud en zonas vulnerables
La llegada de la tecnología en salud da paso a un avance más que relevante para las comunidades que están lejos de recibir servicios a tiempo. Un punteo sobre el cambio que generan.

La innovación tecnológica avanza a un ritmo muy rápido y el sector salud no queda fuera de esta transformación. Pero la brecha entre la tecnología y el acceso a servicios básicos sigue es una realidad para millones de personas que habitan en zonas vulnerables.
Frente a este escenario, emprendimientos sociales y tecnológicos comienzan a tener lugar en este territorio. Se trata del uso de startups que innovan con conciencia, transformando el acceso a la salud en comunidades tradicionalmente olvidadas.
Estas startups no solo desarrollan soluciones tecnológicas; también redefinin el sentido de innovación al proponer una mirada centrada en la equidad, la sostenibilidad y el impacto social. Desde sistemas de medicina online que superan barreras geográficas hasta aplicaciones que empoderan a agentes comunitarios de salud, su trabajo está abriendo caminos que los modelos tradicionales de atención no brindan.
La salud como motor de desarrollo, la tecnología para acortar distancias
En las comunidades vulnerables , los desafíos sanitarios son diversos, complicados y multifactoriales, que se combinan con la falta de infraestructura, la escasez de médico personal, la precariedad en el acceso a medicamentos y la desinformación.
En este escenario, las enfermedades prevenibles se convierten en crónicas o mortales, y los indicadores de salud pública se mantienen en alza frente al resto de la población. Por lo que la prevención es fundamental, como así también tratarlas en la etapa inicial es un gran cambio en el diagnóstico.
Es con el uso de las startups que priorizan la innovación social, siendo clave para generar soluciones tecnológicas adaptadas al contexto, accesibles, escalables y sostenibles. Su enfoque es tener un desarrollo de tecnología apropiada, diseñando con y para las comunidades.
Uno de los ejemplos de buen funcionamiento es el de OxaMed , una startup latinoamericana que desarrolló una plataforma de diagnóstico remoto por imágenes en alianza con centros de salud rurales.
Con el uso de la inteligencia artificial y dispositivos de bajo costo , permite que los técnicos locales tengan imágenes que son evaluadas por especialistas de forma remota. Así, enfermedades respiratorias, lesiones óseas o patologías ginecológicas pueden ser detectadas en etapas tempranas, evitando traslados innecesarios y reduciendo los tiempos de atención.
Otro ejemplo de éxito es el de Salus Mobile , una aplicación desarrollada en Brasil que capacita a agentes comunitarios de salud y permite registrar datos clínicos básicos tomados en visitas domiciliarias.

Estos datos se colocan en un sistema centralizado accesible por médico personal, mejorando la continuidad de la atención y permitiendo intervenciones más oportunas. El impacto en comunidades amazónicas fue muy positivo, siendo que los centros de salud están a días de viaje fluvial.
M Pharma es otro caso de éxito. Se trata de una startup con base en Ghana, que transformó la cadena de suministro de medicamentos esenciales. Mediante trabajo en conjunto de farmacias locales, brinda medicamentos a precios accesibles a través de compras colectivas y tecnología de seguimiento de inventarios. El modelo se convierte en una herramienta efectiva contra la escasez de medicamentos y la venta de productos falsificados.
Además de brindar un servicio que acorta distancias, estas startups tienen algo en común: no ven la tecnología como un fin en sí mismo, sino como un medio para garantizar derechos. En lugar de imponer soluciones, proponemos metodologías participativas, integrando el conocimiento local, los hábitos culturales y las necesidades específicas de cada comunidad.
La mayoría de estas herramientas son fruto del trabajo conjunto entre tecnólogos, profesionales de la salud, antropólogos y líderes comunitarios. Además, tienen modelos de negocios híbridos que combinan sostenibilidad financiera con impacto social, evitando la dependencia exclusiva de fondos filantrópicos o estatales.
Al estar en un período de lanzamiento, y pruebas, hay barreras a las que se deben enfrentar como son las regulaciones sanitarias, falta de fondo de inversión y falta de infraestructura digital básica. Pero sus avances van a paso firme, por lo que se esperan aún más desarrollos en el sector.
Lo cierto es que ahora se trata de una necesidad. La emergencia climática, las crisis migratorias y las pandemias dejaron en evidencia que los sistemas de salud no pueden seguir funcionando de forma centralizada y reactivada.
Las startups sociales están aportando una nueva visión con un sistema descentralizado, comunitario, proactivo y basado en evidencia. Innovar con conciencia implica ir más allá de la tecnología: significa preguntarse para quién y para qué se innova.
Las experiencias y resultados que arrojan el uso de este tipo de startups muestran que es posible construir soluciones desde la empatía, la inclusión y la corresponsabilidad . No obstante, este avance no quita responsabilidad a los Estados, que deben ser parte de la búsqueda de un acceso a la salud segura.

